29 de abril de 2010

La talla de la felicidad

Lo tengo comprobado: la felicidad y la estabilidad emocional son incompatibles con mantener la línea. Al menos, en mi caso.

Cuando estaba con mi ex, mi talla de pantalón era la 36-38. Conservo pantalones de aquella época que así lo atestiguan. Eso sí, ya no me los puedo poner. :P

Sí, tenía un tipín ideal... pero no era feliz. Estaba inmersa en una relación sin futuro, aunque ninguno de los dos se atrevía a cortar por miedo a no sé qué. A estar solos, supongo. Nos hacíamos daño. Era un "ni contigo ni sin ti", que dice la canción. Discutíamos por todo y todos los días. (Y eso que no llegamos a vivir juntos).

Simplemente, nuestros caracteres eran incompatibles. Pero un día pensé: Dentro de 10 años, ¿cómo me veo? ¿Con este chico? Y no me vi para nada con él.  Así que decidí acabar la relación. Una relación de  casi 5 años.

Fue duro. Fue difícil. Porque él no quería dejarlo... y yo tuve que ser muy, muy firme para no volver a caer. (Ya habíamos intentado dejarlo en varias ocasiones, y al final siempre volvíamos a las andadas, con la esperanza de que esa vez sería la definitiva).

Lo pasé muy mal durante meses. Estaba triste por la situación, pero contenta conmigo misma por haber dado el paso. Por haber sido valiente. Aun así, estuve semanas que no tenía nada de apetito. Y aún adelgacé más.

Mi familia y amigos estaban preocupados.

Pero entonces llegó él. Y me cambió la vida. Con él recobré la alegría, la autoestima, la fe en el amor... y el apetito.

Y sí, en el año y medio que llevamos juntos debo reconocer que.... he engordado 6 kilos que no hay manera de quitármelos de encima. Claro, esas cenas en el restaurante italiano a la luz de las velas; esas pelis en el sofá compartiendo helado de tiramisú; esas palomitas en el cine; esas ensaladas con salsa César que de light tienen lo que yo de monja de clausura... Lógico. 

Y ahora, mis pantalones de antaño no me los puedo ni abrochar. Vamos, que los veo y pienso: ¿ahí cabía yo?

Allí están, al fondo del armario. Son testigos silenciosos de aquella época de delgadez e infelicidad. Supongo que esperan tiempos mejores. Esperan que algún día pierda esos 6 kilos y pueda volver a ponérmelos.

Pero yo, ahora, con mi actual pareja y mis pantalones nuevos de una talla más, soy mucho más feliz que entonces.


27 de abril de 2010

Aprendizaje

A lo largo de mis 28 (casi 29) años, he aprendido muchas cosas. Por ejemplo...

-Que por amor se pueden hacer verdaderas locuras y auténticas estupideces.

-Que, por muy mal que vayan las cosas, siempre hay motivos para sonreír y dar gracias por lo que se tiene.

-Que siempre hay gente dispuesta a ayudarte.

-Que a veces, nosotros mismos somos nuestros peores enemigos.

-Que conseguir lo que se deseaba no es garantía de felicidad.

-Que la opinión de determinadas personas no debería afectarnos lo más mínimo.

-Que el espejo, a veces, miente.

-Que la vida nos da siempre una segunda oportunidad.

-Que nadie es quién para criticar a los demás.

-Que a veces, nos perdemos en detalles superficiales sin llegar al fondo.

-Que al final, siempre vuelve a salir el sol.

-Que el tiempo cambia muchas cosas, pero algunas son inmutables.

-Que no se puede ir por la vida desconfiando de todo y de todos.

-Que las personas pueden cambiar... (¡pero suele ser a peor!).

-Que no siempre se puede decir todo lo que se piensa.

-Que nunca hay que perder la fe en las personas.

-Que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos.

-Que nadie es imprescindible... aunque algunas personas te dejan una huella indeleble en el alma.

-Que quien menos esperabas te puede cambiar la vida (para bien o para mal).

-Que nunca hay que decir "nunca jamás".... Ni "siempre" o "para siempre".

-Que hay que hablar menos y pensar más.

-Que es absurdo hacer planes a largo plazo.

-Que se puede perder al amor de tu vida por una tontería.

-Que de los errores y fracasos se aprende mucho más que de los aciertos y éxitos.

-Que hay personas que dicen 'te quiero' sin sentirlo de verdad.

-Que hay que afrontar las cosas como vienen.

-Que siempre hay alguien que te admira aunque pienses que eres lo peor.

-Que del amor al odio, hay sólo un paso.

-Que en toda relación, siempre hay uno de los dos que está más enamorado. Y esto va por etapas.

-Que lo mejor es tratar a los demás como nos gustaría que los demás nos trataran.

-Que la felicidad es sólo un instante... y que por eso, hay que disfrutar de ese momento, porque luego se va.

-Que es absurdo quedarse anclado en el pasado y preocuparse por el futuro, porque de esa forma nos perdemos el presente.

-Que, en contra de lo que dice el refrán, quien bien te quiere no te debe hacer llorar... Si de verdad te quiere.

-Que ponerse metas es bueno, pero si éstas son inalcanzables, sólo conseguiremos llenarnos de frustración.

-Que quien habla mal de ti o te critica, lo más probable es que te tenga envidia.

-Que no hay que creer todo lo que nos dicen.

-Que toda persona nace y es libre y que nadie posee a nadie.

-Que amigos de verdad, hay pocos. Pero valen muchísimo, así que hay que cuidarlos.

-Que quien mucho espera de la vida, nunca es feliz.

-Que nunca hay que renunciar a nuestros sueños.

-Que si todos te dicen que estás equivocad@.... tal vez lo estés. Pero no necesariamente.

-Y que nadie debe decirte cómo debes vivir tu vida. Tú eres quien decide cómo guiar tus pasos.


Aun así, todavía me queda muuuuuucho por aprender. La vida es la mejor maestra. Sus enseñanzas, aunque a veces duras, son las más valiosas.

25 de abril de 2010

Gracias


-Por aquella primera mirada que me dedicaste

-Por tus silencios

-Por darme un motivo para sonreír cuando todo parecía ir mal

-Por invitarme a aquel café

-Por tus consejos cuando más los necesito

-Por devolverme la fe

-Por tener la palabra justa en el momento exacto

-Por tu paciencia

-Por ese peculiar sentido del humor

-Por tus besos bajo la lluvia

-Por ser refugio y consuelo

-Por creer en mí

-Por estar siempre ahí

-Por abrazarme cada noche

-Por esas cosas que haces aparentemente tan sencillas, pero en realidad, tan importantes

-Por tantos amaneceres

-Por quitarle hierro al asunto

-Por ayudarme a ver las cosas con perspectiva

-Por darme tanto a cambio de nada

-Por convertirme en la princesa del cuento

-Por saber entenderme, cuando ni yo misma me entiendo

-Por confiar en que todo irá bien

-Por tu optimismo y tus ánimos

-Por hacerme ver que los sueños se pueden cumplir

-Por hacerme feliz

En definitiva....

Gracias por existir


 



16 de abril de 2010

Gu-gu, ta-ta


Hasta hace nada, mi instinto maternal era nulo no, lo siguiente. Yo misma no me veía para nada con un crío en brazos. Ni siquiera en un futuro lejano.

El llanto de los bebés me ponía histérica y nunca me había quedado con la baba caída mirando el recién nacido de alguna conocida.

Y lo peor que me podían decir es: 'Cógelo en brazos'. En ese momento no sabía qué hacer, qué decirle al nene en cuestión (¿qué le dices: 'agugú'?), cómo cogerlo (siempre pesan infinitamente más de lo que parece, los condenados). Me sentía tan agobiada que el niño lo notaba y acababa rompiendo a llorar, armando el escándalo padre y yo devolviéndoselo a la madre inmediatamanente. (Qué alivio, por cierto).  

Pero, vaya, desde que mi mejor amiga se quedó embarazada, casi al mismo tiempo que entre varias compañeras de mi trabajo se disparó una epidemia de embarazos (un baby-boom en toda regla), empiezo a tener unos síntomas preocupantes y totalmente desconocidos para mí:

Veo embarazadas o madres con carrito por todos lados, me fijo en los anuncios de pañales, papillas y potitos, y los bebés me están despertando una ternura inusitada.

Hasta el otro día, cuando una de las compañeras del baby-boom nos trajo a su retoño para que lo viéramos... me quedé con la baba caída mirándolo! ¡Era tan mono!

La verdad, nunca me había fijado, pero... he de reconocerlo: son muy tiernos. Creo que ya no descarto la maternidad, aunque eso sí.... en un futuro más o menos lejano.

Ver para creer.

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