28 de abril de 2012

Comprar sin crueldad


Decía Gandhi que "la grandeza de un pueblo se juzga por cómo trata a sus animales”. Y esta frase me viene que ni al pelo para introducir el tema del que quería hablar hoy: la experimentación con animales.
Se trata de una práctica cruel que me indigna y que me tiene muy sensibilizada.

A ver... que ya veo a algunos pensando "ésta nos va a soltar hoy el panfletazo ecologista-coñazo".
No, no es la intención, pero bueno, si el tema no os parece interesante, o creéis que es algo que se está sobredimensionando y que no es para tanto, podéis cerrar la página tranquilamente y tan amigos. No pasa nada.

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Ahora sí, a los que habéis decidido quedaros... Este post es simplemente una llamada al sentido común y sobre todo, a la humanidad hacia los animales. Y un intento por mi parte de que os lo penséis dos veces antes de adquirir productos (principalmente de cosmética, higiene y limpieza) para cuyo desarrollo haya sido preciso el sufrimiento/muerte innecesarios e injustificados de un animal. Ya sea una rata, un ratón, un conejo, un gato, un perro...  Todos son seres vivos, con sentimientos, que sufren, y que mueren en muchos casos por el hecho de testar en ellos un champú, una crema, una pasta de dientes o un detergente. De verdad, ¿es necesario?

Os cuento mi experiencia, porque yo en un principio también fui un tanto escéptica  y pasota con todo esto.
La primera vez que oí hablar de la experimentación con animales, allá por la época de los dinosaurios, no me pareció una cosa "tan terrible". Me explico: en mi inocencia, pensaba que los animales no sufrían ni morían con esta práctica. Simplemente era algo incómodo para ellos, pero nada más.

Me imaginaba yo a los técnicos de Pantene lavándole el pelo a la rata con el champú "Suave y Liso", y la rata aguantando estoicamente para convertirse en Miss Rata Pelo Bonito, y salir con su caída de ojos luciendo pelazo a lo Sara Carbonero
Me imaginaba a los señores de Colgate lavándole los dientes a un conejo con su dentífrico "Herbal Total", y el conejo aguantando también para así poder lucir dientes blancos y aliento fresco y convertirse en un orejudo e irresistible Rodolfo Valentino para todas las conejitas de los alrededores.  Sí, ahora os estaréis descojonando. En fin: era joven, inocente y tonta, por ese orden).

Vale, tampoco era taaaaan inocente, pero es cierto que no me paré a pensar mucho en el tema, lo confieso. Shame.
Algunos años más tarde, llegaron algunos correos a mi e-mail de parte de una amiga mía ecologista-animalista-perroflauta; unos correos de boicot a Procter&Gamble con fotos muy duras y datos escalofriantes sobre cómo son esos experimentos y cómo sufren los animales, que, por supuesto, os ahorraré si no los conocéis.

Me quedé helada. Ah, ¿que a la rata no le lavan el pelo y la dejan estupenda? ¿Que al conejito no le limpian los dientes sino que le..? No sigo, que ya he prometido ahorraros detalles escabrosos.
Si queréis saber más, podéis pinchar aquí o aquí. (Pero aviso que es heavy).

Aquello me tocó la fibra sensible, me di cuenta por primera vez de que la experimentación animal implicaba SUFRIMIENTO y MUERTE. Pero por otro lado, conociendo la afición de mi amiga a enviar ese tipo de correos cadena, pensé que quizá no era más que una campaña de desprestigio a Procter&Gamble (multinacional a la que pertenecen marcas tan conocidas como: Pantene Pro-V, H&S, Herbal Essences, Clairol, Max Factor, Olay, Mum, Gillette, Tampax, e incluso las papas Pringles).

Seguro que todos habéis recibido ese famoso e-mail sobre lo "nociva" que es la Coca-Cola, alertando de que, si es capaz de disolver una moneda, qué no hará en nuestro estómago. Sin embargo, cada día, millones de personas beben Coca-Cola en todo el mundo y, que yo sepa, nadie ha muerto por perforación de estómago ocasionada por su consumo (otra historia es que sea malo abusar de la Coca-Cola; pero vamos, eso pasa con todo).

Así que, una vez leído el e-mail de boicot a P&G, pensé que quizá se trataba de algo similar al correo boicot a Coca-Cola. Un bulo para desprestigiar a una multinacional muy bien posicionada en el mercado internacional. Porque... ¿cómo una empresa tan famosa y con marcas tan conocidas iba a exponerse a caer en un desprestigio tan grande? Sinceramente, no me podía creer que el champú con el que me lavaba el pelo pudiese haber matado a varios conejitos albinos. No, no podía ser cierto. Muchas organizaciones se le hubieran echado ya encima, ¿no?  
Pues sí. Pero a P&G parece no importarle. Porque, efectivamente, es un hecho que P&G experimenta con animales para desarrollar muchos de sus productos. Incluídas las dos marcas de comida para mascotas Iams i Eukanuba, -manda webs-, que también pertenecen a la multinacional. Es necesario que mueran gatos, perros, conejos y otros animales para que nuestros gatos y perros coman un alimento en condiciones. "El fin justifica los medios" parece ser la premisa de P&G.

Pero por desgracia, P&G no es la única; son muchas las empresas que experimentan con animales. Y lo peor es que suelen ser las más conocidas y las que tienen más divisiones y marcas.

Sigo con mi historia. El run-run ya lo tenía ahí: me sentía culpable, pero claro, ¿cómo me duchaba, me lavaba la cabeza y los dientes, si tooooooooooooodas las marcas de champús, gel y pasta de dientes que podía encontrar fácilmente en un supermercado son, supuestamente, crueles con los animales? Reconozco que, en ese sentido, la comodidad me pudo. Eso sí, intenté no comprar champús de P&G, a pesar de ser los que mejor me iban.
Pero es que me iba a otras marcas, ya sea Dove, Garnier, L'Oréal, Johnson&Johnson, Schwartzkopf, Timotei, etc, y tres cuartos de lo mismo.
Y las pastas de dientes más conocidas, como Colgate o Signal, también, supuestamente, son desarrolladas bajo experimentación animal.
Vamos, que encontrar una alternativa "cruelty free" es harto difícil... y caro. Un ejemplo lo tenemos en The Body Shop. Una firma claramente "cruelty free", que me encanta, pero cuyos productos son más caros que los de otras marcas de cosmética e higiene de gran consumo.  Y en tiempos de crisis... pues la gente mira la pela. Y eso es así.

Pero mi cambio de mentalidad vino sobre todo el día que llegó a mi casa una preciosa bola de pelo blanca y gris llamada Lola. (Para los nuevos: Lola es mi coneja, my love).
Lola pertenece a una de las especies animales más utilizadas para experimentos. De hecho, el logo de "cruelty free"es precisamente un conejito:


Siempre que veáis este logo en un producto, significa que no ha sido testado en animales
y que podéis comprarlo tranquilamente  =)

Claro, no es lo mismo cuando te hablan de "conejos", así en general, y no has convivido con ninguno, que cuando lo vives en tus carnes y sabes lo adorables que son y lo mucho que los puedes llegar a querer. Y sólo de imaginarte que le pudieran hacer a tu bolita de pelo algo así, se te pone el cuerpo del revés y te dan ganas de ir a matar al señor Procter y al señor Gamble. O al menos, de hacerles tragar pasta de dientes y champú hasta ahogarlos. (Ooops, he entrado en detalles... :P)

El segundo hecho que me acabó de convencer y concienciarme totalmente fue comprobar que la experimentación no es imprescindible ni necesaria. Y mucho menos en productos que tampoco son de vital necesidad, como un champú, un dentífrico o un maquillaje. Que no estamos hablando de una vacuna contra el cáncer o el SIDA, joder (en cuyo caso, no me parecería bien, pero lo podría entender más), sino para desarrollar un puto champú que te deje el pelo brillante y con aroma a flores, o un detergente que te deje la ropa de un blanco nuclear. ¿Es necesario someter a los animales a ese sufrimiento? Definitivamente, no.

Existen muchas empresas y marcas -aunque menos de las que nos gustaría- que desarrollan productos fantásticos y de gran calidad sin necesidad de testar en animales. Precisamente, muchas de las mejores marcas de cosmética son "cruelty free".
Y la gran revelación vino cuando  me convertí en una freak del maquillaje y, al tener un poder adquisitivo algo mayor, empecé a adquirir productos de marcas de gama alta. Pasé de comprar Max Factor, Rimmel, o como mucho L'Oréal (todas ellas crueles) a probar marcas como MAC, Urban Decay o Too Faced. Caras de cojones, sí. Pero infintamente de mayor calidad y... "cruelty free".
Recuerdo la gracia que me hizo leer en los envases de productos de Too Faced este mensaje lleno de ironía: "Producto probado en celebrities, no en animales."
GENIAL.
Luego, en los de Urban Decay, aparece directamente el logo de "cruelty free" y esta leyenda: "No testado en animales. ¿Quién sería capaz?"
GENIAL también.

En fin... No quiero extenderme mucho más. Sé que los productos "cruelty free" suelen ser más difíciles de encontrar y más caros en general. Entiendo que es casi imposible prescindir de todas las marcas que se sabe a ciencia cierta que experimentan, o que ni confirman ni desmienten (en cuyo caso, pienso: quien calla, otorga...).
Pero sí podemos intentar poner nuestro granito de arena.

Sé que es un poco "incómodo", pero es como todo: separar los residuos por contenedores y reciclarlos también es un coñazo hasta que lo conviertes en un hábito.
Con esto pasa igual. Es cierto que hay muchas marcas que no sabemos si experimentan o no, porque muy poquitas llevan el logo "cruelty free" que otorga PETA. Pero en Internet podéis encontrar infinidad de listados con marcas que sí experimentan y marcas que no (aunque hay marcas que bailan de unas listas a otras y al final te vuelves tarumba y no sabes si sí o si no. La más finable es la de PETA y por eso os la facilito al final del post).

Luego, dentro de una misma multinacional, hay marcas que sí experimentan y otras que no. Como en una misma familia hay gente buena y gente mala. Vamos, que es un poco lío.
Pero... también hay marcas que está clarísimo que sí experimentan (y que hay que intentar evitar en la medida de lo posible para que se comprometan y dejen de hacerlo), como las de los grupos P&G, Colgate-Palmolive, Unilever, L'Oréal-Garnier o Schwartzkopf-Henkel.

Después, hay otras cuyos productos llevan bien visible el logo del conejito o indican claramente que no experimentan, como las que ya he dicho de MAC, Too Faced o Urban Decay.


*EDITO: Una empresa de cosmética e higiene muy extendida que todo apunta a que no experimenta es Beiersdorf-Nivea. Otra muy conocida es Revlon. Y una que me encanta: Sephora. Ah, y los productos de Deliplus y Bosque Verde (Mercadona), Froggy,Tresemmé y Kemphor también son "cruelty free". Baratitos y los podéis encontrar en cualquier lado. 
En cuanto a cosmética, hay también marcas low-cost que por lo visto no testan en animales: Essence, ELF, NYX y según me comentan Naar y Mi Álter Ego, Yves Rocher (gracias chicas!). Y por supuesto: Oriflame y Origins. ;)
Ahora tengo la duda de Bourjois, que pertenece al grupo Chanel y no se sabe si experimenta o no. 


Y nada más. Por supuesto, esto es una decisión personal. Cada uno puede hacer lo que quiera según sus convicciones. Faltaría más.
Pero vamos, que esto no es ningún rumor ni ningún bulo de desprestigio. Es una triste realidad. Y lo peor es que esas empresas no se comprometen a dejar de experimentar, cuando hay alternativas a la experimentación animal.
Nos hemos acostumbrado a reciclar, a apagar luces y cerrar grifos cuando no se están usando; hay gente que se compra un coche híbrido (más caros que los de gasolina), o deja la comodidad del automóvil para coger la bici; que usa bombillas de bajo consumo o placas solares, que compra electrodomésticos eficientes,... etc. Son pequeños grandes gestos que cuentan y mucho. ¿Por qué no concienciarnos también con el sufrimiento animal, y evitar en la medida de lo posible adquirir productos testados en animales?
Creedme: no es tan difícil y la satisfacción es muy grande.

Ahí dejo la propuesta. Yo ya estoy en ello. ;)


Para saber si una empresa experimenta o no (obviamente, no están todas): http://www.peta.org/living/beauty-and-personal-care/companies/default.aspx


*Fuente: PETA (People for Ethical Treatment of Animals)



17 de abril de 2012

De vuelta tras las Pascuas...

*Jo, es que hasta el título del post es cutre...


Bueno, ya estoy de vuelta, asomando la patita por aquí... A lo tonto a lo tonto, he estado dos semanas sin dar señales de vida. Pero ya he vuelto. 
La verdad es que no sé muy bien de qué hablar, e intuyo que me va a salir un mojón de entrada... Pero es que tampoco me ha pasado nada súper especial en estos días. 
A mí, porque la Familia Real no da abasto, ¿eh? Entre unos y otros, vaya "fiesta"...
ASCAZO.


A lo que vamos: ¿qué tal la Semana Santa y la Pascua, amores? Las mías, como digo, bastante monótonas.
Antes de Semana Santa tuve como dos millones de exámenes; -bueno, un millón, para no exagerar-, y luego me tocó trabajar toda la Semana Santa por mí y por todos mis compañeros. Sí, estoy rodeada de vagos, inoperantes y expertos en el arte del escaqueo.
Pero al menos, la semana de Pascua tuve vacaciones y me la he pasado haciendo el perro todo lo que he podido y más. Y he comido panquemaos, monas, conejos de chocolate...
Vamos, que no me he privado de ná. ^_^
Y encima he abandonado el gimnasio... Pero no es culpa mía que haya habido tantos festivos y el gimnasio estuviera cerrado, joder. 


Vale, los festivos porque estaba cerrado y los laborables porque no me apetecía ir.
El caso es que no piso ese lugar de torturas desde hace más de dos semanas.
Conclusión: mi culo tiene ahora las dimensiones de Brasil. Bueno, vale: las dimensiones de una de las provincias de Brasil.


Así que nada, ya estoy otra vez comiendo normal y esta tarde, SÍ, iré al gimnasio. (Seguro que ya ni me acuerdo de accionar la cinta de correr). 
En fin, que estoy apurando mis últimas horas de vacaciones y mentalizándome para la vuelta a la rutina. BAJÓN.




Mañana, vuelta al curro y a las clases. Ganas: -5000. Pero bueno, es lo que hay. Tengo trabajo de momento, y eso es lo importante. 


Cambiando de tema, ayer, JJ y yo estuvimos en casa de mi amiga E., la que tiene un bebé de casi 2 añitos. El enano está enorme y precioso. Qué gordito y qué risueño... :)
Se me caía la baba al verlo. Y veía a JJ jugar con él, y la verdad es que no se le daba nada mal. Yo es que tengo poca gracia para entretener a los nenes. Pero hay gente que sí tiene buena mano. JJ parece que la tiene.
Mientras los observaba, pensaba que sería un buen padre para mis hijos. Vamos, que me entraron unas ganas locas de ponerme a traer niños al mundo, así a lo Brangelina.
Pero en seguida me dije a mí misma: Gata, STOP. 


Lo que pasa es que vuelvo a sentir ese run-run, esa vocecilla interior diciéndome que el arroz se me pasa. Ya sé que es una gilipollez y que no debería pensar así, que soy muy joven, pero... Joder, ¡es que el entorno presiona mucho!


-Mi amiga ha hecho ya 5 años de casada y tiene un crío de casi 2.
-En junio tengo otra boda. La enésima y subiendo. 
-En Facebook cada vez que entro me deprimo: parece la BBC: Bodas, Bautizos y Comuniones. Todo son fotos de bodas, lunas de miel y... fotos de bebés, que parece eso un calendario de Anne Geddes, pero en versión cutre.


Que yo, a veces pienso: estas tías son gilipollas de remate. Si quieres poner tus fotos en bikini y con una caipirinha, en el resort hortera de Riviera Maya donde tú y tu flamante marido habéis pasado la luna de miel, me parece de puta madre.
¿Pero fotos de un menor que no sabe que lo estás exponiendo públicamente? ¿Tú qué sabes quién puede acceder a las fotos de tu hijo? ¿No sabes, alma de cántaro, que hay miles de  pedófilos pululando por la red? Y sobre todo: ¿le has consultado al niño si quiere que lo exhibas en tu muro de Facebook continuamente? Cuando sea adulto y lo sepa, ¿le hará gracia?
Ahí dejo esa reflexión.


Sobre el run-run... Pues sí: la verdad es que tengo ganas de casarme. Hala, ya está. Ya lo he dicho.
Creo que ya va siendo hora. Pero claro, ya no sé si es hora-de verdad, o es hora-porque toca, porque todo el mundo lo hace. 
Y luego está la segunda parte: el tema "niños". 
Para algunos médicos yo ya sería una "madre añosa", con casi 31 añitos.
"Madre añosa". Me suena en la cabeza así, como esas voces distorsionadas, ralentizadas: Mooooaaaaddrrrrreee añuuuuoooosooooaaaa.... 
La verdad, el que inventó la palabreja merece que le hagan la depilación a la cera ardiendo en el escroto. ¿Puede ser más fea, más machista y más discriminatoria? ¿Es que acaso ellos no son padres añosos?
Dejo ahí esa otra reflexión.


Bueno, el caso es que, aunque a mí ya me apetece, y a JJ también (aunque menos), hay un problema: ahora no es un buen momento porque en mi empresa van a tirar a un montón de gente en los próximos meses, y tanto JJ como yo podemos estar en el bombo. Y preparar una boda estando uno o ambos en el paro me parece un poco... arriesgado. No sé.


Así que veremos qué pasa. Veremos si paso, pasa o peor aún: pasamos a engrosar las filas de la empresa más numerosa de España: PARO S.A. Si no es así, -ojalá-, obviamente se planteará ya el tema en serio.  
Pero si nos quedamos en paro los dos, (cosa que esperemos que no), pues a parte de lo jodido de la situación, tampoco podemos hacer muchos planes de futuro en ese sentido. Y esperar, esperar y esperar eternamente, como que no me apetece mucho. En fin. Cruzo dedos. Lo dicho: ya veremos. Estamos en manos de una auditoría. :(
Que haya suerte, por favor.


*Y ahora le daré a publicar y a los 2 minutos me arrepentiré de haber actualizado con este post tan cutre... En fin, lo hecho, hecho está. Éste es mi blog, ¿no? =)

1 de abril de 2012

Prejuicios


AVISO: POST BASTANTE HIPERGLUCÉMICO

Cuando le vi por primera vez, pensé que jamás se fijaría en una chica como yo. ¿Él? Tan alto, tan guapo, con esos ojazos, con ese culo... ¿Él? ¿En mí? Ni de coña...
(Aclaro: no es que yo sea un híbrido entre orco de Mordor y Gormiti, pero en aquella época post-ruptura con el que había sido mi novio de varios años, estaba atravesando una racha muy mala y con la autoestima a -250).

La primera vez que hablé con él, no paraba de tartamudear como una completa inútil, y de reírme con esa risita histérica. Pensé que resultaría un poco chulito, un creído, un raro, o no sé.
Pero me pareció encantador.
Con lo que ya acabé de perder las bragas el norte y decidir que era el chico que yo quería pa' mí pa' siempre.

Cuando me dijo de "quedar algún día, si eso, a un café", no me lo podía creer. De nuevo: ¿Él? ¿Conmigo? ¿Será verdad?
Imaginé que sería lo típico que se dice para quedar bien. Pero que ese café no llegaría nuuuuuuuuuunca.

Así que, cuando una semana después me pidió el teléfono, casi me da el patatús del siglo. No sé ni cómo acerté a decir las 9 cifras.

Antes de nuestra primera cita, ya pensaba que no iba a funcionar... Al menos como yo quería. O como mi mente contaminada por Hollywood y Disney había ya prediseñado.
Pensé que al final quedaríamos como amigos. Que por su trabajo sería un cansino que sólo sabría hablar de goles, de fueras de juego, y de cansineces de ésas.

Eh, que a mí me mola el fútbol, y he aprendido bastante desde que estoy con él. Pero vamos, que mi vida no se reduce a  sólo eso. Me interesan otras mil cosas mucho más, y no soportariá salir con un futbolero que luego no sabe ni quién es Shakespeare.

O quizá sólo querría tocarme las tetas. Sólo sexo. Y si te he visto no me acuerdo. (Cosa difícil por otro lado, cuando tienes que ver a esa persona casi a diario por trabajo).

Así que, cuando me sorprendió hablando de Van Gogh, de cine, de libros, de música de todo tipo y me dijo que su sueño era ir a Roma a ver el Coliseo, ya casi me lo como allí mismo.
¡Cuidado! Podía ser el típico discursito "gafapasta postizo", preparado y aprendido de memorieta para seducir a una incauta chica con unas ciertas inquietudes culturales.
Y una vez ella está en el bote, dejarla languidecer los domingos por la tarde, entre latas de cerveza, bolsas gigantes de papas, amigachos insoportables y "Minuto y resultado".
No, por favor.

Por otro lado, y dado su historial amoroso previo, de bastantes relaciones pero bastante cortas, también pensé que tal vez fuera un superficial, un inmaduro emocional, un alérgico al compromiso, o un "cazador", al que le pone mucho el mero hecho de la conquista, pero una vez tiene a su presa, se cansa, se aburre, y a otra cosa mariposa.
O no sé, igual era un insoportable y las tías lo mandaban pronto a pastar.
...O a lo mejor era un desastre en la cama. Vete tú a saber.
Quizá todo lo que pintaba como un sueño a priori, iba a convertirse después en una pesadilla.

Además, yo también partía con una bagaje previo complicado, y una ruptura bastante reciente con una persona que lo había sido todo para mí durante 5 años. (Bueno, dejémoslo en 4 y medio. Porque ese último medio año... yo no estuve para mi ex. Lo siento. Se me acabó el amor y no pude hacer nada por evitarlo).

Aun así, con todos estos antecedentes, y a pesar de los prejuicios que había tenido con él, decidí darle un voto de confianza.

Bueno, no exactamente. En realidad, él me gustaba tanto y yo estaba en un estado tan....... no sé, de tontuna y enamoramiento total y absoluto, y él era o parecía ser tan maravillosísimo, que me lancé a la piscina sin preocuparme mucho de si tenía suficiente agua para nadar o si por el contrario me iba a partir la crisma contra los azulejos.
Sabía que si salía mal, mi sensación de doble fracaso sería demoledora.
Y que me iba a quedar muy tocada, si no totalmente p'allá.

Pero me arriesgué. Pensé que sólo tenemos esta vida, que se sepa, y que yo no podía ni quería parar aquello. Quien no arriesga no gana. Y es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho que quedarse con la duda de qué hubiera pasado si...

Así que me lancé como nunca antes lo había hecho, porque si no, aún estamos en aquella terraza, temblando como pajaritos, y esperando a ver quién daba el paso.
Aquella noche de julio le di mi corazón sin reservas. A tumba abierta.

Y él, a cambio, me regaló el mejor verano de mi vida. Al que luego le sucedería su otoño, su invierno, su primavera... Y otro verano más. Y otro año, y otro, y otro...
Y así... hasta hoy. En una sucesión perfecta de meses y años, en los que apenas ha habido momentos amargos que empañen los más dulces.

Nunca se puede estar segura al 100%, pero al menos, a día de hoy, veo claro que mis prejuicios eran erróneos, y que hice bien en ignorarlos y seguir adelante.

Y vosotros, ¿también sois de lanzaros así, sin pensarlo mucho, una vez os enamoráis? ¿O por el contrario, os lo pensáis mucho y sopesáis pros y contras? ¿Hacéis mucho caso a los prejuicios o los ignorais? ¿Se cumplen después, o luego os dais cuanta de cuán equivocados estábais con esa persona? ...

***Perdonad mi "empalagosez". Pero por temas de trabajo, a él lo han mandado una semana fuera del país, y ya hace 6 noches que no duerme a mi lado. Menos mal que vuelve ya mañana.
Cambiaré de registo... I promise.  ;)






HELLO!

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